En estos últimos 20 años Venezuela ha transitado por
diferentes conflictos políticos siendo la ciudadanía afectada dramáticamente.
Desde protestas a favor y en contra de un régimen primero con el fallecido
expresidente Hugo Chávez y luego con el heredero de su mandato Nicolás Maduro
Moros desde el 2013.
Cada gobierno democrático tiene adeptos y detractores,
de eso se basa este tipo de sistemas y Venezuela desde su última dictadura, la
de Marcos Pérez Jiménez en 1958, lo asumió como único sistema político, sin embargo,
éste se ha visto amañado por este grupo político que a pesar de hacer un
reclamo por los hechos caóticos de gobernantes anteriores a ellos, resultaron
con peores actuaciones, índices de corrupción altísimos y denuncias por narcotráficos
a líderes que lo acompañan. Hoy día, existen más de 50 funcionarios públicos del
gobierno de Nicolás Maduro sancionados no sólo por Estados Unidos, incluyen países como Panamá,
Canadá México, Suiza y el Grupo de la Unión Europea.
En el primer mes del año 2019 las sanciones aumentaron
como medida de presión. En este sentido, bloquearon cuentas de la empresa
petrolera de Venezuela y activos de la misma, de tal forma que Nicolás Maduro
no pueda tener ingresos. Sin embargo, estas medidas no han sido suficientes
para lograr la salida del régimen, y en los últimos meses se incrementó la
crisis económica que atraviesa el país.
Existe una dura crisis económica y social en la que
países de Sur América a excepción de Bolivia y Uruguay llaman crisis
humanitaria. El Venezolano entonces, se ha visto en la necesidad desde migrar,
buscar medicamentos en países fronterizos con Venezuela, pedir ayuda en las
calles y hasta comer de la basura como solución a una situación que escapa de
sus manos. Siendo Venezuela uno de los países más ricos del continente por la
cantidad de recursos minerales que posee, es posible considerarlo como un
territorio huérfano y carente de gobierno responsable que ataque la crisis
económica.
El gobierno de Nicolás maduro afirma que esta situación
de crisis es producto de fuerte bloqueo y guerra económica propiciada por el
gobierno de Estados Unidos, sistema capitalista en contra del socialismo que
Venezuela inicia desde hace 20 años.
El venezolano ha pasado 20 años escuchando en
cadenas de televisión y radio, además de las redes sociales que el capitalismo
es un sistema económico demoniaco y que provoca desestabilización, hambre,
inseguridad y otros adjetivos descalificativos, sin embargo, este socialismo
que promueve el régimen sin duda es el espejo de esas definiciones. Esas
calificaciones se pueden encajar en una sola palabra, odio. Según la RAE esta
palabra proviene del latin odium y es la antipatía y aversión hacia algo o
hacia alguien cuyo mal se desea. Se puede estar en contra de un pensamiento,
puedes no gustarte cierta afirmación de una situación pero llevarlo a otro
nivel de desear mal o hacer el mal a aberrante.
El régimen de Nicolás Maduro ha utilizado las
fuerzas represivas y llevar a cabo asesinatos, secuestros, desapariciones y
privaciones de libertad a cuanto se le enfrente y oponga. Desde el 2014 hemos
observado en Venezuela niveles de protestas que en otros países han sido causas
para que gobernantes dejen el poder, sin embargo, se mantienen y es que aun
cuando el número de ciudadanos en contra de Maduro se multiplica, existen
personas que lo favorecen y al hablar con ellos responden a un adjetivo duro y
crudo, el odio.
Odiar a quien piensa distinto, a quien quiere
un cambio porque no encuentra medicinas, o comida, o sufre de la delincuencia.
Esa forma de pensar de estar con ellos o nada, recuerda mucho a formas de
gobierno como los nazis. Toma fuerza la tesis de Aristóteles en que el odio es un deseo de la aniquilación de un objeto
que es incurable por el tiempo, quiere decir que si no estás de acuerdo
con el chavismo, ellos te aniquilan. Más allá de pensar distinto lo están haciendo,
aniquilando a las personas enfermas de cáncer que no encuentran los medicamentos
para curar o palear su patología, niños con diabetes, enfermos renales y otros
diagnósticos que se pueden enumerar, más enfáticamente una simple pastilla de acetaminofén
para aliviar un dolor de muelas.
En el campo científico
el odio es investigado con especial entusiasmo, se ha demostrado que existe un
patrón claro de actividad cerebral que ocurre cuando las personas están
experimentando el odio.
Jugar
con las emociones del ser humano es una tarea de este régimen y de las sistemas
progresistas, que no habían tenido acceso al poder y cuando lo logran a través de
ideologías marcadas por el odio las multiplican a favor de ellos, un pequeño
grupo que acumulan su poder para el beneficio de ellos y no del grupo que los
ayudó a escalarlo.
A Venezuela le queda mucho tiempo para
recomponerse como sociedad y limpiar ese sentimiento de odio que alimento
durante 20 años un régimen corrupto, narcotraficante, desleal para con el
pueblo que lo eligió y creyó en él. Incluso que aún cree en él.
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